Esa sensación que se queda cuando él se va y desaparece. Esa tristeza que te invade pensando en aquellos momentos en los que nada te importaba, nada más que él, los momentos a su lado, cuando piensas que ha sido todo en tu vida y ahora no es nada...
Podrías aferrarte a esos recuerdos y vivir en ellos para siempre, porque al fin y al cabo han sido los mejores, pero no queda más remedio que poner tu mejor sonrisa y seguir adelante.
Stela Duque, 3ºC, IESO Alonso Quijada (Esquivias)
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