Al observar esta foto por millonésima vez, me vienen infinitos recuerdos
a la mente, de absolutamente todas las épocas del año, y de todos los años de
mi vida. También imagino mi vida admirando esta imagen, viéndola todos los días
al despertar. Se podría confundir con cualquier momento del día en cualquier
época del año, por el tiempo santanderino tan impredecible y homogéneo. Es una
imagen que hay que analizar, a simple vista cualquier ignorante de la vida vería
una playa cualquiera, un día cualquiera, con unas personas desconocidas y unos
cuantos edificios sueltos al final, como si alguien los estuviese intentando
olvidar. Pues bien; se muestra la playa, lugar con infinitos momentos,
recuerdos… Tardes, días enteros en un lugar que para cualquier persona de a pie
no tiene ningún sentido, sería un lugar más donde bañarse, pero evitando un
poco la rutina de tu ducha usada o de tu pequeña bañera. Para otras personas,
que saben apreciar lo pequeño y lo hacen grande, se puede decir que la playa
representa familia, unión y amistad. Significa lugar de reunión. Significa
risa. Significa todo aquello que no se podría comprar con un par de billetes,
algo que poca gente aprecia. Un simple toque de palas, o una partida a las
cartas, un helado al atardecer, o un baño al anochecer, cualquier mínimo
momento, aquí puede convertirse en una ‘pequeña grandeza’ , por así decirlo.
Aquellos edificios sueltos al final, aquellos de los que nadie se acuerda.
Aquel plano de la foto para el que posiblemente tengamos que achinar los ojos y
cerrar un poco los párpados para ver con claridad. Entre esos edificios se
encuentra un hotel, al que posiblemente todos los abuelos de cualquier persona
de esta ciudad fueran a tomar un chocolate con churros un día lluvioso, o unas
tortitas con nata, o unas simples patatas fritas, como si de un mercadillo de
pueblo se tratase. Era un lugar de reunión, en el que todo el mundo se conocía
y desconectaba, en el que la gente disfrutaba del placer de comer mientras pasa
tiempo con los suyos. Y quién puede imaginarse que una simple cafetería de
hotel turístico pueda abarcar tanto… Pues así es. Son edificios blancos que,
para mí, significan pureza. Gente que sabe disfrutar lo que tiene, gente
abierta, dicharachera. Solo quería expresar una frase con todo este texto sobre
mi sitio preferido del mundo: ‘Ojala puedas ver la belleza que viene de las
cenizas’ .
Mirella Ruiz-Cotorro Carrera, 3º ESO A
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