El libro que yo leí era maravilloso; se trataba de Las aventuras de Hércules. Me encantó porque mientras lo leía me iba metiendo en su pellejo; mientras avanza yo aspiraba el intenso humo del inframundo en el que Hércules tenía que matar al Can Cerbero del Hades, oía el rugir de las hidras que Hércules mataba, tocaba a la cierva dorada de Cernía, a la que la captura para enseñársela a su primo; antes de que Hércules cogiese las manzanas de oro de las Hespérides yo ya saboreaba su espléndido y exquisito sabor... En fin, yo veía todo en las aventuras de Hércules como si fuese él.
Carlos Chiliuza, 2º IESO Alonso Quijada (Esquivias)
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