domingo, 13 de marzo de 2011

La Cenicienta.


La mejor persona que yo conozco,
Y estoy segura de que es ella,
Se llama Cenicienta.
Es una bellísima persona, pero si vosotros
Sufrierais como ella sufre:
La mala, la fea y la que dirigía en
Esta familia existían.
Lavaba, limpiaba, siempre sucia estaba
Por eso la bella sufría.
Su ropa manchada, siempre desarreglada.
Trabajaba, trabajaba y nunca se quejaba.
Un mensajero a su puerta llamó
Y sin que ella lo supiera su destino cambió.
¡Qué alboroto en su casa se creó!
Pues a un baile real les llevaba la invitación.
El príncipe buscaba esposa,
Entre las más bellas del lugar
Y sus feas hermanastras
La tuvieron que encerrar.
Triste y sola se quedó y
Un hada madrina se presentó.
-Deja ya de llorar que con esa cara de pena
No vas a ligar-.
Su magia ejerció y un ratón a caballo transformó
Y de una gran calabaza una carroza surgió.
El vestido, espectacular, y
Los zapatitos de cristal, pero
Tan solo hasta las doce de la noche la podría usar,
Ahora era sin duda la más bella del lugar.
¡Qué gran emoción! Llega el baile real,
El príncipe sorprendido la saca a bailar.
Entre baile y baile le hora llegó
Y la última campana al pronto replicó.
Corriendo, corriendo la escalera bajó
Y el zapato de cristal en ella se enganchó.
Tristes y disgustadas las más feas llegaron
Pues nadie se fijó en ellas después de que tanto se acicalaron.
Una mañana soleada a la puerta llamaban
A la dueña de tan lindo zapatito el príncipe buscaba.
Cenicienta, el zapato se probó
Y a esta, la valió.
En una bella princesa se convirtió.

Amanda Mato, 1º ESO B. Ies Fuensalida.

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