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domingo, 13 de marzo de 2011

Cuentos en verso para niños perversos

Cuentos en verso para niños perversos, Roald Dahl 

"¡Si ya nos la sabemos de memoria!",
diréis. Y, sin embargo, de esta historia
tenéis una versión falsificada,
rosada, tonta, cursi, azucarada,
que alguien con la mollera un poco rancia
consideró mejor para la infancia...

Y tomando como referencia algunos cuentos tradicionales
alumnos aficionados os deleitan con sus ocurrencias verbales.

La Gallina de los Huevos de Oro


En un pueblecito que era muy bonito
Vivía una mamá con su niñito.
Ambos eran muy pobrecitos.
Un día, una anciana, por hacerles un trabajito,
Les recompensó con un regalito.
Era una gallina, ¡menuda cosa fina!
Ponía huevos de oro, que eran un tesoro.
Cuántos más huevos la gallina ponía,
Más ricos y egoístas se volvían.
Crispín y su madre compran un castillo
Y ya no cogen ni un cepillo.
A los amigos no los quieren ni saludar,
Cuando van a la plaza a pasear.
La ancianita los fue a saludar
Y un portazo en la nariz se fue a llevar.
Por ser ambiciosos a la gallina mandaron matar
Y todos los huevos poderla sacar.
Una vez muerta la gallina la madre observó
Que sin huevos de oro se quedó.
Madre e hijo pobres volvieron a ser
Pero al final sus amigos les volvieron a querer.

Oscar Esquivias Minguez, 1º ESO C. Ies Fuensalida.



La Bella y la Bestia

La Bestia se encontraba en un castillo
Dentro de un pueblo chiquitillo.
Ella tenía una maldición desde años atrás
Y con sus amigos contenta está.
Un día, el padre de Bella salió a pasear
Y con la Bestia se fue a topar.
La Bestia enfadada le encerró
Y Bella sin padre se quedó.
Ella quería salvarle,
Pero la Bestia no iba a dejarle.
La chica le ofrecía su libertad,
Pero él pensaba que no era verdad.
Ella volvió a reclamar
Porque su padre comenzaba a enfermar.
La Bestia se puso triste,
Porque al anciano le quedaba nada para morirse.
Bella al castillo entró y la Bestia se declaró.
Gracias al amor, la Bestia sin maldición se quedó.

Daniel Cano Fernández, 1º ESO D, Ies Fuensalida.

Ricitos de oro y los tres ositos


Ricitos de oro paseaba
Recogiendo las flores que más le gustaban.
Pronto la lluvia comenzó
Y hacia una casa ella se refugió.
Al llegar allí y abrir la puerta
Vio unas manzanas cultivadas en la huerta.
Cuando acabó de comer dicho manjar
Se fue a una de las camas a descansar.
Tres osos entraron en la casa
Y uno asombrado exclamó: ¿pero qué pasa?
Todas las manzanas estaban mordisqueadas
Y las tres camas se encontraban destrozadas.
Al acercarse una niña vieron
Y en poco tiempo grandes amigos se hicieron.

Paloma Fernández Álvarez, 1º ESO B, IES Fuensalida.

Blancanieves y los Siete Enanitos


Todo empieza una vez
Que una malvada mujer
Al espejo preguntaba:
¿Quién más belleza aportaba?
Como no pudo soportar
La hermosura de Blancanieves a rebosar
Mandóla para matar a un cazador,
Pero éste no tuvo valor.
Entonces la malvada se fue disfrazada
Y allí aprovechó para darla, ¡malvada!,
Una manzana envenenada.
Blancanieves la probó
Y al suelo se desplomó.
Al ver esto los siete enanitos
Fueron a rescatarla como tontitos.
Cogieron y lanzaron a la bruja por un precipicio,
Llamaron a un príncipe y a éste les dijo:
“Un beso le tendrás que dar”
Éste sin pensarlo, un beso le lanzó
Y Blancanieves de repente se levantó.
Se marcharon juntos a caballo
Y no pararon hasta que cantó el gallo.

Miriam García-Rojo Hernández, 1º  ESO B.- Ies Fuensalida.

Caperucita Roja


Caperucita en el viejo bosque se adentró
Para ir a la casa de su abuelo
Y llevarle como regalo un pañuelo.
Pero el lobo la esperaba haciendo el mal.
Y desde ese día Caperucita no regresó jamás.
¡Dicen que un lobo se la comió!
El abuelo la escopeta cogió
Y al lobo mató.
Su mujer, la abuelita, le abrió la tripita.
Caperucita salía un tanto asustadita
Pero cuando a sus abuelos vio
A ellos se abrazó.
Pero su abuela estaba enfadada
Porque desde hacia tiempo no la visitaba
Le pusieron su caperuza para mandarla a su casa
Y sus padres pensaron que todo había sido guasa.

Bryan David González, 1º ESO D. Ies Fuensalida

La Cenicienta.


La mejor persona que yo conozco,
Y estoy segura de que es ella,
Se llama Cenicienta.
Es una bellísima persona, pero si vosotros
Sufrierais como ella sufre:
La mala, la fea y la que dirigía en
Esta familia existían.
Lavaba, limpiaba, siempre sucia estaba
Por eso la bella sufría.
Su ropa manchada, siempre desarreglada.
Trabajaba, trabajaba y nunca se quejaba.
Un mensajero a su puerta llamó
Y sin que ella lo supiera su destino cambió.
¡Qué alboroto en su casa se creó!
Pues a un baile real les llevaba la invitación.
El príncipe buscaba esposa,
Entre las más bellas del lugar
Y sus feas hermanastras
La tuvieron que encerrar.
Triste y sola se quedó y
Un hada madrina se presentó.
-Deja ya de llorar que con esa cara de pena
No vas a ligar-.
Su magia ejerció y un ratón a caballo transformó
Y de una gran calabaza una carroza surgió.
El vestido, espectacular, y
Los zapatitos de cristal, pero
Tan solo hasta las doce de la noche la podría usar,
Ahora era sin duda la más bella del lugar.
¡Qué gran emoción! Llega el baile real,
El príncipe sorprendido la saca a bailar.
Entre baile y baile le hora llegó
Y la última campana al pronto replicó.
Corriendo, corriendo la escalera bajó
Y el zapato de cristal en ella se enganchó.
Tristes y disgustadas las más feas llegaron
Pues nadie se fijó en ellas después de que tanto se acicalaron.
Una mañana soleada a la puerta llamaban
A la dueña de tan lindo zapatito el príncipe buscaba.
Cenicienta, el zapato se probó
Y a esta, la valió.
En una bella princesa se convirtió.

Amanda Mato, 1º ESO B. Ies Fuensalida.