Benidorm, lugar en el que los hoteles y edificios
pueden tocar casi el cielo, en el que la arena es tan suave que parece un gran
mantón de seda marrón, y en el que el agua es tan transparente que puedes llegar
a ver cantidad de peces, conchas y caracolas, lugar en el que de pequeña me
podía tirar horas y horas cogiendo olas con
el "bodyboard", y ahora, siendo algo mayor, puedo pasar mucho tiempo
metida con mis amigos y amigas, casi hasta que se nos quedan los dedos
arrugados.
Tengo un fantástico recuerdo,de sus
amaneceres,en el que el sol parece una gran naranja que sale desde la otra
punta de la tierra, donde entre tanta agua hay un gran triángulo rocoso y
grisáceo en medio, la isla.
Un lugar en el que he pasado buenos y malos momentos,
mañanas, tardes y noches de verano, en el que he reído pero también he llorado, el
sitio que no cambiaría nunca para irme de vacaciones, ya que ahí tengo
demasiados buenos recuerdos.
Natalia Lorenzo, 2º ESO B
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