Tras
un pequeño parque lleno de árboles, perfecto para respirar tranquilidad en la
ciudad de Madrid, se oculta una pequeña parte del antiguo Egipto, el Templo de
Debod. Aunque detrás de él se ven los edificios, no del todo altos, el templo
parece querer ocultarse de la civilización rodeándose de una pequeña zona verde.
Unos grandes arcos lo presiden y como si aun estuviésemos en el antiguo Egipto
lo rodea un estanque no muy profundo.
Detrás
de los arcos ya nombrados antes, se halla el templo con cuatro pequeñas
columnas, dos a cada lado de la puerta. En el interior del templo se encuentra
un museo sobre el mismo, aunque no
parezca muy grande el museo no tiene desperdicio alguno.
Verlo
iluminado por la noche es como disfrutar
de una buena puesta de sol. Las luces resaltan entre la oscuridad el color arena
de la piedra que lo forma. Hacerle una foto en este momento del día es el deseo
de cualquier fotógrafo que sepa de este lugar.
Blanca Alonso, 3º ESO A
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