Palomares del Campo es un pueblo pequeño de la provincia de Cuenca a 140 kilómetros de
Madrid. Cuando llegas allí notas una gran sensación de paz y tranquilidad, relaja mucho. La gente es muy amable y te recibe con los brazos abiertos. Al
ser un pueblo pequeño no hay demasiados habitantes, por lo que puedes salir un día a la calle y estar solo, algo que proporciona un sentimiento de libertad. Como se puede ver es un paisaje rural, las casas son las
típicas de todos los pueblos, antiguas y de ladrillo. En el centro hay una iglesia que data de 1554
en la que se celebró el funeral de mi abuela. Alrededor del pueblo están los
almacenes que se utilizan para guardar los tractores o los
productos agrícolas. Muy cerca de éstos están los huertos en los que los
habitantes cultivan tomates, pepinos,
calabazas… En el pueblo no hay muchos negocios, solo hay un estanco, tres tiendas... El que haya pocos negocios es beneficioso porque
al haber menos competencia ganan más. Puede que sea un pueblo pequeño pero a mí me produce una gran alegría ir, os invito a todos a que lo visitéis algún día que vayáis de
camino a Cuenca.
Manuel San Román, 3º ESO A
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