Siento al tocarla que es cálida y suave, se pueden
observar todos los maravillosos colores en sus chinitas: negro, blanco, marrón, pero todo su conjunto crea un espectacular tono entre
crema y grisáceo en el que las olas del mar, al pasar por encima, crean sonidos relajantes, que a su vez ella, al caer, complementa. Como cuando dos niño pequeños se rebozan en ella
y sin querer la tienen en su boca, no sabe a nada y apenas huele, pero puedes
saber que la estás tragando por su particular sonido al romperse y por su
olor a mezcla con agua salada.
Natalia Lorenzo, 2º ESO B
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