Veo
tu forma redonda y me dan ganas de jugar contigo, como si de una pelota se
tratara, pero a ti te tengo que comer. Veo tu piel de color naranja y ese
rabito que de vez en cuando te aparece. Tu tacto es suave y rugoso a la vez, da
gusto acariciarte. Al pelarte cambia parte de tu color y de tu suavidad, te
vuelves más rugosa y tu color se vuelve, parcialmente, blanco. Tu sonido cuando
te abro me gusta, me transmite frescura. Al saborearte, pierdo el sentido, eres
tan dulce, que no me puedo resistir a comerte. Contigo se hacen mermeladas,
pero cambian tu preciado sabor y te convierten en amarga. También te utilizan
para rellenar algunas galletas. Tu olor es muy peculiar, porque no hueles a
nada, todo lo contrario que tu sabor. Me gustas mucho.
Leyre Serna, 3º ESO A
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